Un obstáculo en el diseño de herramientas de inclusión financiera efectivas es que a menudo, los creadores de productos financieros formales desconocen las transacciones que se realizan en la base de la pirámide. En una reunión reciente con miembros del "Banco Central de Uruguay" encargados de capacitación, confesaron sinceramente su desconocimiento sobre la cultura financiera de esta población, lo que les dificulta diseñar programas de formación adecuados.
En nuestro libro "La otra Microfinanza"[1], publicado hace algunos años, se aborda la cultura financiera en la base de la pirámide y se describen las transacciones que se realizan comúnmente, dividiéndolas en transacciones de ahorro y crédito, aunque se debe destacar que, en la base de la pirámide, el crédito y el ahorro son operaciones vinculadas. Una casi siempre abre canales para la otra”
Es importante comprender que el ahorro es una necesidad imperativa para las personas de bajos ingresos, ya que, a menor ingreso, normalmente es menor la estabilidad de este. Por lo tanto, la pobreza no solo se define por la falta de ingresos, sino también por su irregularidad.
Ante tanta vulnerabilidad, las personas pobres necesitan ahorrar para su subsistencia, lo que está respaldado por varias investigaciones, como las contenidas en el libro "Portafolio de los pobres". Sin embargo, estas personas no pueden ahorrar de la misma manera que las personas con mayores recursos, ya que su economía y necesidades requieren instrumentos de ahorro específicos.
Un criterio importante es lo que llamo "la distancia adecuada". Por ejemplo, como mencionan Rebecca Vonderlack y Mark Schreiner en su libro "Mujeres, Microfinanzas y Ahorros": “Para conservar los ahorros, las mujeres pobres deben resistir las demandas de sus hijos que necesitan ropa, de sus maridos que quieren tomar o jugar y de los familiares y vecinos que requieren prestamos o regalos”. Eso supone ahorrar el dinero en un lugar que no esté tan lejos como para no estar disponible en caso de emergencia, pero tampoco tan cerca como para ser gastado en estas demandas.
Otro criterio para el ahorro es el "tiempo de convertibilidad", ya que las personas de bajos ingresos ahorran usando distintos medios y necesitan poder convertir sus ahorros en efectivo de manera rápida ante demandas urgentes.
Las transacciones financieras que resultan de estas condiciones son muy particulares y difícilmente pueden ser comprendidas desde la perspectiva de la banca formal. En próximas entregas, hablaremos más sobre las transacciones resultantes de estas particularidades
[1] Para la versión gratis en inglés y/o español, visite nuestra página: https://www.fundefir.com/libros-y-publicaciones
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